Yo quise ser torero
El año pasado empecé a tomar notas para un poemario que de momento se titula Suertes del toreo. Llevo ya más de 250 entradas entre términos y expresiones del vocabulario taurino.
Como muchos sabéis, mi afición me viene por mi padre, Antonio Zamora Martín-Criado, que se aficionó con su padre, Pedro Zamora Moll, mi abuelo, al que no llegué a conocer, quien, junto a su hermano, Antonio Zamora Moll, fueron editores del Madrid taurino y apoderados.
Pongo, para ilustrar un poema de los que van saliendo, un dibujo de un gran pintor taurino y gran amigo de mi padre, José Antonio Rueda, que he sacado de Facebook. Una de sus típicas felicitaciones navideñas, con las que nos obsequiaba todos los años.
Yo quise ser torero
Y me soñé en Las Ventas
Dando 10 naturales a un victorino
Arrastrando la muleta por el suelo.
Luego el de pecho. Aplausos.
Tanda con la derecha
Para cerrar al toro en el tercio.
Enfrontilado. Entra la espada
Hasta los gavilanes. Dos orejas.
Vuelta al ruedo entre aplausos
De mi público de Madrid,
Frío hasta que se entrega.
Y me soñé en La Maestranza
Sobre el albero, con la capa
Meciendo la embestida de un juampedro
En una prolongada verónica. Repite.
Media lagartijera con encanto.
El silencio se rompe. Suena la música.
No hay un callar tan explícito
Como el de Sevilla. Ni un decir tan alto
Ni con tanto entusiasmo.
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