¡Qué más puedo pedir!

 


Un buen sofá en el que apoyar la cabeza

O tumbarse.

Un buen libro.

Un portaminas de 0.7 para que no se rompan

Al apretar.

El aire fresco de una tarde de tormenta

Sobre la piel, en la terraza.

Pensamientos que van y vienen

Sin fijarse, sin conclusiones.

Sin pretensiones.

Un paseito para darse un trago del grifo.

Agua vivificadora.

Sueños y proyectos que traen las letras.

Una mirada al horizonte

Para fijar una idea.

Recuerdos, asociaciones con lecturas pasadas.

Cojo el móvil, abro OneNote

Escribo este poema.

¡Qué más puedo pedir!


Comentarios

Entradas populares de este blog

Política de concordia y modestia

Diálogo con Arturo Leyte sobre Heidegger

Pedagogía a favor de España